Alrededor de la mesa

Hace años que nos van alertando de la pérdida de los buenos hábitos alrededor de la mesa, especialmente en lo que afecta a nuestra salud. No hace falta ser un experto para darse cuenta, sólo es necesario ser un poco observador. Tampoco es el objeto de este post desmenuzar todas aquellas cosas que estamos dejando de lado en favor de la inmediatez, que parece ser uno de los males de nuestra era. La era del rápido, rápido y del usar y tirar.

Sí nos interesa poner el foco de atención sobre otro aspecto que, a simple vista, parece menos importante que nuestra salud, pero que dice mucho de los cambios que estamos viviendo… y no siempre a mejor.

Seguro que a muchos de vosotros, por ejemplo, os sorprende ver parejas de jóvenes -y no tanto- sentados en una maravillosa mesa vestida con un largo mantel de tela, en un restaurante de lo más romántico, a la luz de las velas… sin apenas dirigirse la palabra, pendientes como están de mirar sus teléfonos móviles. Si acaso, comentan éste o aquel mensaje que acaban de recibir o el último chiste que corre por whatsapp.

También es seguro que habéis ido a comer con un grupo de amigos y ni os inmutáis al ver que al ademán de dejar el bolso y tomar asiento sigue depositar el móvil sobre el mantel de modo que pueden verse hasta seis, siete u ocho móviles conviviendo con servilletas, cubiertos y copas como parte del “atrezzo”.

Lo de los adolescentes y sus móviles, omnipresentes en cualquier desayuno, almuerzo o cena, es un mal común en casi todos los hogares además de una batalla que parece perdida.

El caso es que estas actitudes, tan habituales ya que en algunos casos ni nos llaman la atención, están acabando con uno de los fundamentos de la identidad de nuestra sociedad. Los valores de la hospitalidad, el diálogo, el placer de conversar, de relacionarnos entre nosotros aprovechando los momentos en que nos reunimos alrededor de la mesa están en la base de nuestra forma de ser.

Ese celebrar alrededor de la mesa cualquier festividad y acontecimiento es tan propio de nuestra cultura y la de países como Italia o Grecia que incluso la Unesco quiso reconocerlo hace algunos años como algo excepcional declarando Patrimonio de la Humanidad tanto la Dieta Mediterránea como la gastronomía de nuestro país vecino, Francia. Y estas distinciones, de entre los muchísimos pueblos que habitan el mundo, se justificaron poniendo el acento en la parte de convivencia social, de intercambio cultural, de respeto y buena vecindad, de creatividad que conllevan. Y en el caso de los franceses, incluso aplauden su interés por la ornamentación de la mesa, un aspecto que, entenderéis, nos encanta en Villalegría Home.

Parece innecesario dedicar parte del escaso tiempo libre de que disponemos a poner bonita la mesa en la que vamos a comer. Es cierto que no es imprescindible. Para algunos, incluso superficial y poco práctico, sobre todo porque cada día nos da más pereza lavar y planchar manteles de tela de tejidos naturales. Pero en Villalegría Home nos gusta pensar que dedicar ese pequeño tiempo a poner unas servilletas de lino o de algodón, un mantel de tela a juego con la vajilla, a colocar unas velas encendidas en el centro de la mesa, a elaborar un plato, aunque sea sencillo, con que agasajar a amigos o familiares, es una forma de contribuir a que perduren la tradición, las buenas costumbres y el gusto por las cosas bellas, sean prácticas o no. Es una forma de decir basta a la tiranía de las prisas y los ruidos que se han instalado en nuestras vidas.

Te invitamos a conocer mas en nuestra sección de noticias, conoce todo acerca de los manteles de tela y las servilletas de lino de la mano de Villalegriahome.com.

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